El interés por las marionetas en los niños empieza desde muy
temprana edad, ya que la posibilidad de controlar un “personaje” en todo lo que
hace y dice es una fuente de diversión, además, de una vía para desarrollar el
lenguaje y la coordinación óculo manual entre otras.
Pero las marionetas a medida que el niño crece van
adquiriendo otras dimensiones en el desarrollo. Muchas veces, los niños utilizan las marionetas como vía para expresar sus propios sentimientos y pensamientos, ya que a menudo les resulta más fácil charlar con otros usando los personajes de las marionetas como
intermediarios en la comunicación. Las marionetas abren una vía para la
relación con los demás y el juego colectivo. En el juego con marionetas el niño
también asume y entrena roles que luego en un futuro
aplicará en la vida real.
Cada edad utiliza las marionetas de una manera diferente, los niños de cinco años prefieren representar
los guiones creados por ellos de manera espontánea. Y cuando son más mayores
van mimetizando historias leídas en cuentos o vistas en la televisión, etc. La
representación de estas pequeñas obras dramáticas es un medio divertido para:
- El desarrollo de la creatividad y la imaginación.
- Mejora la concentración y la capacidad de atención. La representación de una obra de títeres exige al niño recordar personajes y el orden de los sucesos, lo que demanda del niño el uso de toda su capacidad de atención y concentración.
- Son una herramienta ideal para transmitir valores. Al interpretar un personaje los niños asumen los valores que aparecen en la obra y los hace propios.
- Desarrolla el lenguaje y las habilidades de comunicación.
- Fomenta la lectura.
- Desarrolla la capacidad de compresión. El niño necesita adaptar la obra original y para ello tiene que conseguir un elevado nivel de comprensión.
- Si en la obra aparecen varios personajes controlados por varios niños, la cooperación y la colaboración será indispensable para conseguir representar la obra.